Muy temprano bajamos al desayuno (todos hasta ahora buffet, por cierto) y arrasamos. Clau hizo de las suyas con Nutellas individuales que le alcanzaron para todo el día. Partimos en bus,

Hicimos una parada en una estación de servicio después de 2 horas de viaje (esta vez nos “acabronamos” con los 5 últimos asientos del bus, asi que voy en 180°) y en el pasto pisé caca, así que rápidamente apliqué técnica del palito, pasto y tierra, pero iba a dejar el bus tóxico, así que opté por guardar las zapatillas en una bolsa y viajé con pantuflas hasta nueva parada.

Como no podía ser un viaje normal, una persona enferma llegó al final del bus y nos pidió cambiar de puesto y resultó que quedamos apretados nuevamente y  finalmente viajamos incómodos. FAIL.

Finalmente el tipo estaba “pa’ la ca…” y nosotros al principio le habíamos negado los asientos pensando que quería ir cómodo nomás. Luego Clau le hizo un diagnóstico, al parecer acertado, algo con la vejiga. La señora de él lloraba y luego aparecieron 2 médicos brasileños y otra enfermera (chilena y chanta) que repitieron lo que dijo Clau. Raya para la suma: El tipo fue llevado por bomberos en Toulouse?  Y luego seguimos camino a la ciudad medieval de Blois, que en realidad de medieval sólo los edificios, porque estaba lleno de negocios. Aún así es una localidad bella. Por fin vimos un castillo medieval.

Pero el viaje no dejaba de presentar “pasteles”. Una mamá que andaba con su hijo ultra “flayte” (que por cierto la reta y no la pesca) perdió un banano con documentos y fue la policía la que la que los encontró, pero tuvo que ir a buscarlos a la comisaría… (Después completo el comentario)

Nota triste / simpática: Quería comprarme un jeans (Claudia me lo dejó en Santiago), pero estoy muy gordo para la talla europea.

Camino a París…

Y llegamos al hotel “Ibis Bagnolet” que, siendo sinceros, queda bien retirado de los lugares turísticos. Yo quería tomar taxi “a lo que saliera” e ir al centro (tiene varios), pero mi señora estaba cansada, así que decidimos cenar en los alrededores del hotel. Encontramos un pequeño restorán en que hice hincapié que no se nada de francés y pedimos entrada: Claudia salmón y yo fiambres y patés (hasta el momento los más sabrosos que he probado en mi vida). Después el fondo. Para mí un buen filete, pero Clau comió una pasta con camarones y pesto insuperable. Todo acompañado de un vino Bordeaux de precio ofensivo que no voy a rebelar (bueno por cierto). Postre: Tiramisú francés. Toda una delicia en un restorán periférico. Calificación: 5 embutidos. Muy bien.

A dormir.